Accidentes de tráfico y daños en cultivos de maíz hacen que cada temporada la Sociedad de Caza de Portas se esfuerce por cubrir su cupo de capturas de este animal cuanto antes. El pasado sábado, 19 de noviembre, tocaba batida, como otros muchos días. La noche del viernes había sido lluviosa, lo que en principio no parecía favorecer la búsqueda de rastros de puercos salvajes. Sergio y Pacheco, miembros de la cuadrilla, pisan los montes del Tecor de Portas acompañados por la perra Tora. Pronto el can detecta un rastro de jabalí en la parroquia de Briallos. Las precipitaciones de la jornada anterior resultan ser a la postre un aliado al permitir seguir con bastante exactitud las pisadas marcadas en el suelo. En dos horas se localiza al jabalí. Había que actuar rápido para evitar que el animal se fuese.
Poco después la cuadrilla, ya con refuerzos, vuelve a la zona dispuesta a abatir al puerco. Perros y jabalí se enzarzan en una pelea. El segundo huye no sin antes herir a dos canes. Los disparos de los cazadores logran poner fin a la carrera desesperada del jabalí.
El macareno, como fue denominado por la sociedad de Portas, pesaba nada menos que 118 kilos. «Os que solemos abatir pesan entre 60 e 80 kilos. Todo o que pase de cen é algo extraordinario», comentó ayer el presidente del colectivo, Manuel Martínez. El macho permanece en un congelador a la espera de ser degustado estas Navidades o a principios de año en una comida de confraternidad. Previamente se le extrajo el diafragma y parte de la garganta para que un veterinario descarte que no tiene triquinosis, una enfermedad parasitaria que puede ser mortal. |