Los continuos ataques de los jabalíes a los cultivos han acabado con la paciencia de los ganaderos de Mazaricos. Estos exigen medidas «urxentes e contundentes» para paliar las importantes pérdidas que estos animales han provocado, sobre todo, en las plantaciones de maíz.
«Ou alguén lle bota man a este problema ou as perdas que imos ter van ser de moitos miles de euros. A situación agrávase con cada día que pasa e ameaza con deixarnos sen ningún millo para ensilar», lamenta José Manuel González, un productor de la zona que dice tener afectadas cinco parcelas de su propiedad con unas pérdidas que él mismo cuantifica en más de cinco mil euros.
En su misma situación se encuentran, al menos, una veintena de ganaderos más que no dudan en pedir de la Xunta la autorización de cuantas batidas sean necesarias para paliar este problema. En este sentido los afectados demandan la intermediación de los cazadores por ser los que mejor conocen la situación que viven. «Os cazadores saben que a poboación de xabarís é a máis alta en moitos anos e que, con unha ou dúas batidas que lles concedan, o problema non se vai solucionar en absoluto», apunta uno de los socios de una granja láctea de la parroquia de Maroñas.
Al parecer, el aumento de la actividad depredadora de los jabalíes en las últimas semanas coincide con la época de cría, en la que los pequeños miembros de la manada empiezan a alimentarse por sí mismos, con lo cual los estragos causados en las fincas son aún mayores.
Los titulares de las parcelas dañadas también critican con dureza el hecho de que, para este ejercicio, no haya convocadas ayudas públicas que permitan recuperar una parte de lo perdido. «No teléfono de información da Xunta recóllenche a queixa, pero xa che din que non hai ningunha subvención aberta», precisan fuentes de los afectados.
Alimento para el ganado
El maíz, ante los elevados precios del concentrado, se ha convertido en un alimento fundamental para las explotaciones ganaderas productoras de leche. Su falta no solo provoca importantes pérdidas al productor, sino que lo deja ante la incertidumbre de si podrá conseguir otros alimentos para sustituirlo en la ración diaria que comen las vacas. «Pouco nos importa que nos dean unhas pequenas subvencións porque, aínda que foran moi cuantiosas, non teríamos onde comprar máis gran para darlle ás vacas. Nós temos case dez hectáreas de millo e se lle pasa isto a todas non nos quedará outra que vender algunha vaca», señala un ganadero de la parroquia de Maroñas, en Mazaricos, que cifra en más de dos hectáreas lo que lleva perdido.
Sembrar cada hectárea de maíz supone para los propietarios de las fincas un desembolso de entre 400 y 550 euros, a los que hay que sumar además los cuatro o cinco meses que las parcelas están ocupadas con un forraje del que apenas se podrá aprovechar nada.
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