La proliferación de canes perdidos o abandonados por las calles es una de las razones que llevó al gobierno local a poner en marcha esta campaña, que se desarrolló en varias fases. Primero, personal autorizado por el Concello informó sobre esta iniciativa en plena calle, dirigiéndose a los viandantes con perro. Luego, el 15 de julio, se inició la segunda parte, consistente en la reducción del coste que supone a los dueños de las mascotas la implantación del microchip, una rebaja acordada entre el Concello y las clínicas participantes.
Ahora, una vez concluida esta segunda fase, comenzará el período de comprobación de la normativa que obliga a los propietarios de canes a tenerlos identificados a través del dispositivo electrónico. Quienes incumplan esta obligación serán sancionados.
En cuanto a la participación en la iniciativa, fue desigual dependiendo del centro veterinario en el que se pregunte. Mientras en uno de ellos hablaban de que el número de chips implantados superaba por poco el medio centenar y que quienes acudieron a la consulta fueron, sobre todo, cazadores, en el otro constataban un incremento de la demanda y cifraban en más de 360 los dispositivos colocados. |