Los ganaderos con parcelas en varias parroquias enmarcadas en fronteras como la carretera Bandeira a Merza, la de Carboeiro y el enlace de esta con la N-525 vía Negreiros sufren ataque reiterados sin posibilidad de contraataque porque esa zona lleva unos cuatro años con áreas vedadas de caza y con otras aún más restringidas al ser espacio de refugio de fauna.
Todo pasa por incluir más batidas en la zona vedada, y no hay posibilidades de lucha en al zona de refugio. Pero, si no se piden batidas el área se convierte en paraíso para los jabalíes, y así llevan años recogiendo cosechas destrozadas con indemnizaciones oficiales que no llegan o no cubren ni gastos.
Dos ferrados perdidos
Toño Pena, de O Castro, pero con fincas alquiladas de maíz en Manduas, piensa ensilar hoy una parcela de maíz de 2 hectáreas. «Vou ensilar pero temos danos impresionantes, máis de dez ferrados non van servir», dice el ganadero. No es cosa de este año. «Xa en anos pasados tiven ataques de xabalí importantes, especialmente o ano pasado», dice Pena que también conoce diversos casos más en la zona y concretamente parcelas recientemente ensiladas en Bazar.
Pena y otros ganaderos de la zona reclaman que la Sociedad de Caza realice ajustes, con batidas y cambiando y rotando las zonas vedadas. Hubo áreas vedadas en otras zonas de Silleda pero en esta citada ya son muchos años seguidos.
Entienden los ganaderos que debe rotarse y solicitar batidas para no ser siempre los mismos, los que tienen fincas de maíz ahí, los que estén alimentando a los jabalíes. Contrapone además un deber moral para exigir ajustes. «Tal como está o precio do leite e a sequía creo que deberían facelo con máis razón», concluye. |