En ocasiones pasa hasta un mes y medio enseñando a cazar a un búho, hasta conseguir que se pueda enfrentar a liebres e incluso zorros. Tras dos años practicando con sus cuatro aves, este verano acudirá a Xinzo de Limia a competir en el Campeonato Gallego.
La cetrería es el arte de cazar con aves de presa, normalmente halcones, búhos o azores. Se trata de una disciplina, considerada por algunos incluso un deporte, bastante minoritaria, aunque Moaña es uno de sus centros neurálgicos en Galicia, no en vano en la villa está la Sociedad Gallega de Cetrería, que acoge a unos 40 adiestradores con un total de 300 aves. Uno de esos cetreros es Cristóbal Paz, un Moañés de unos 30 años que lleva dos de ellos dedicándose más en serio al adiestramiento de aves. Paz cuenta con un búho real, un halcón híbrido entre sacre y gerifalte, un halcón peregrino y un águila harris, y este verano acudirá a Xinzo de Limia a participar en el campeonato gallego por primera vez, con el convencimiento de que sus aves se encuentran "perfectamente entrenadas para lograr algo positivo", señala.
Pese a que empezó a dedicarle más tiempo a este hobby desde hace relativamente poco tiempo Paz asegura que siempre le gustaron las aves. "Pero es difícil conseguir el permiso para tener animales exóticos, como mi búho real, que es centroeuropeo o el águila harris, que es sudamericana. Deben pasar muchos controles y tenemos que tenerlas en cautividad", explica. Además, la afición le viene de familia, porque su hermano ya adiestraba a aves aunque sin intención de competir.
Pero este hobby no sólo le sirve para competir, sino que también le puede valer para sacarse un pequeño sobresueldo, pues ya ha adiestrado a tres aves por encargo, y se avecinan algunas peticiones más. "Tengo un amigo de San Adrián que es criador de aves. La mayoría de los clientes adiestran ellos a los animales, pero hay otros que prefieren que los se los vendan enseñados, y yo me encargo de ese trabajo", indica. La última ave con la que trabajó fue un búho, que es la especie más difícil de enseñar, "los búhos son muy tercos, tienes que empezar desde muy pequeños a trabajar con ellos, de hecho, adiestrar a este último me llevó un mes y medio".
La media de tiempo que suele dedicar un cetrero a enseñar a cazar a sus aves varía en función de la especia, pero el vecino de Moaña asegura que un halcón puede aprender en tan sólo 8 días, trabajando una media de dos horas diarias. Pero siempre influye el tiempo. "Las aves vienen de los reptiles, y por lo tanto están más activas los días de sol, y sobre todo si tienen hambre".
El espectáculo de ver a un ave de presa cazando a otro animal es digno del mejor de los documentales. Y más si, como explica Cristóbal Paz, un búho, que tiene una envergadura de más de 2 metros, puede cazar hasta un zorro o una liebre si se lo propone. Los halcones, por su parte, tienen como presas favoritas a las liebres, los faisanes y las perdices. |