Ni los cementerios parecen librarse de las cada vez más frecuentes incursiones de jabalíes en las áreas habitadas que se registran en muchas partes de Galicia. Esto fue lo que sucedió en la parroquia de Mariz, en el municipio de Chantada, donde uno de estos animales quedó atrapado el pasado domingo en el camposanto situado en el atrio de la iglesia de San Martiño.
Según explica el sacristán Castor Carlos García Otero, el jabalí debió de entrar por la noche en el cementerio saltando el muro de piedra que lo rodea, de una altura poco importante. Al pasar al otro lado de la cerca, el animal quedó atrapado en un pequeño recinto formado por una verja de hierro que rodea un panteón y que se encuentra en una esquina del cementerio. Aunque esta verja es aún más baja que el muro, el jabalí no consiguió saltarla.
Llegada de una vecina
A primera hora de la mañana, cuando en la iglesia todavía no había nadie, una vecina entró en el atrio y según todos los indicios su presencia inquietó al animal encerrado, que se puso a embestir frenéticamente la reja -llegó a doblar algunos barrotes- hasta que acabó por arrancarla. Una vez liberado de su encierro, ante el gran susto de la mujer alertada por el estruendo, el jabalí salió corriendo del cementerio y huyó a través de un prado contiguo.
Castor Carlos García señala que aparte de la referida vecina no hubo ningún otro testigo del singular suceso. Enfrente de la vivienda hay varias viviendas, pero en la actualidad están todas desocupadas y por lo tanto nadie sabe con exactitud en qué momento entró el animal en el cementerio. La verja destrozada testimonia la fuerza del jabalí, que según la vecina era de un tamaño considerable.
En los últimos tiempos se han registrado en el sur lucense numerosos casos de incursiones de jabalíes en áreas urbanas o periurbanas. Las más llamativas se produjeron en Monforte, donde se produjeron muchos casos de destrozos en huertas del barrio de O Morín y donde una jabalina crió a principios de este año una camada de jabatos en un solar rodeado de viviendas en la calle Emilia Pardo Bazán. En los siguientes meses, varios jabalíes que con toda probabilidad pertenecen a esta misma camada -aunque ya más crecidos- fueron vistos frecuentando el parque Doctor López Suárez sin inquietarse mucho por la presencia de personas y cruzando las calles de la zona norte del casco urbano. El suelo del jardín del Club Fluvial monfortino, por otro lado, ha sido sufrido repetidos destrozos por parte de estos animales, los mismo que el césped del campo de fútbol Irmáns Somoza, en el vecino municipio de Bóveda.