Comienza a descender; pero la población de jabalíes -que desde el 2005 al 2014 se multiplicó por tres en Galicia- sigue causando innumerables daños a los agricultores gallegos, sobre todo en esta época del año y alrededor del mes de septiembre: momentos en los que se siembra y recoge el maíz, respectivamente. A mayores de este perjuicio, el peligro que suponen estos mamíferos para la seguridad vial es insostenible en puntos concretos de la geografía gallega, como Monforte, Vilalba, O Carballiño o Celanova.
Las continuas quejas de vecinos y conductores no han pasado inadvertidas para la Xunta y la Dirección General de Tráfico. Tal es el caso que la corporación autonómica, a través de las consellerías de Medio Ambiente, Medio Rural e Infraestructuras, y contando con la ayuda del Estado, acaba de sacar a la luz su primer plan de acción global contra los daños ocasionados por el jabalí. De esta manera, el objetivo es prevenir y minimizar los daños que causa esta especie en la comunidad a la vez que se preserva la conservación de estos animales. En cifras, esto se traduciría en una inversión de 1,3 millones de euros, la preparación de 37.000 batidas y la reducción de los 1.376 accidentes de tráfico causados por este animal mediante la colocación de captafaros reflectores -actualmente en fase de prueba- en la provincia de Lugo, concretamente, en Pobra do Brollón, Sarria y Monforte.
Batidas puntuales
En el 2015, según datos de la Xunta, se realizaron 25.000 batidas -que no tiene por qué equivale a captura-, mientras que, por solicitudes, este año está previsto llevar a cabo un 32 % más. Algo que, según fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, «no tiene por qué ocurrir, pero nos basamos en las solicitudes que nos hacen los tecores». Juan Yáñez, presidente de la sociedad de Cazadores Terra Chá, asegura que «no ha habido un aumento en las peticiones de batidas con respecto a otros años», aunque no descarta que se puedan solicitar batidas de manera puntual, «como ya hemos hecho en otras ocasiones», afirma. Estos meses son especialmente críticos, según comenta Yáñez por la siembra del maíz, ya que los jabalíes «acaban con todo». Para frenar esta situación u otras similares, la Xunta puede dar luz verde a tres tipos de batidas: con perros, sin muerte; con perros, con muerte; o una batida de espera nocturna. A mayores de estas medidas, las carreteras convencionales gallegas con presencia de jabalíes también contarán con señalizaciones de advertencia.
En colaboración con la DGT y la Universidade de A Coruña, se creará un registro de las zonas más vulnerables; una vez definidos estos puntos se emprenderá la implantación de medidas correctoras, según el tipo de carretera. En las convencionales se instalarán señalizaciones de alerta; y en las de alta capacidad, se colocarán pasos de fauna (en las de nuevo trazado), se construirán vías de escape o cierres reforzados y se utilizarán repelentes o atrayentes para conducir a los jabalíes a las zonas habilitadas.