Azucena Guerreiro lleva una explotación ganadera en Aranga desde hace dieciséis años. Hace ya tiempo que sufre el ataque continuo de los lobos, pero desde hace doce meses la situación se ha vuelto insostenible. Y es que en apenas un año le han matado una treintena de ovejas. «Llevamos años padeciendo esta situación, pero no tanto como ahora. Antes me mataban una o dos al mes, pero no decía nada. Pero esto cada día va a más», explica esta ganadera visiblemente preocupada por la situación.
El último ataque y que le ha llevado a presentar una denuncia ante la Guardia Civil ocurrió el pasado martes a plena luz del día. Un solo lobo acabó en media hora con seis ovejas, cuatro de ellas aparecieron muertas, y dos están desaparecidas, aunque se sospecha que hayan servido para alimentar la manada. A otra le atacó las patas, quedando malherida, por lo que Guerreiro tuvo que sacrificarla y se quedó sin siete cabezas de una sentada. «No hay derecho a que un bicho te mate a seis cabezas de un golpe y te deje una malherida. Luego llamas a los números de la Xunta y no trabajan los fines de semana, ni los festivos. No tengo problema porque la Xunta me inspeccione mi explotación y me controle sanitariamente las ovejas pero, por favor, cuando pida ayuda que también la den», explicó Guerreiro que asegura que no quiere dinero por la muerte de sus ovejas.
«Pido que solucionen esto. Si quieren tener lobos en el monte que les den de comer. Antes si te moría una oveja, la gente la dejaba en el monte y se iban alimentando de ello. Pero ahora no tienen qué cazar», asegura esta ganadera, que ya teme también por la vida de las terneras que tiene en la explotación: «Ya me queda un rebaño pequeño de ovejas y me ha dicho el Seprona que tenga cuidado porque cuando terminen con las ovejas, atacarán a las terneras», comenta esta mujer que asegura que no es la única en la zona que padece este problema.