Los animales salvajes pueden ser transmisores de enfermedades infecciosas muy peligrosas para el ser humano. Así ha ocurrido con las epidemias del MERS en la península Arábiga o con el brote de ébola en África occidental, que comenzó a partir del consumo de carne de murciélago mal cocinada.
Curiosamente, uno de los animales más peligrosos en este sentido es el cerdo. No solo porque cada año se producen 1.300 millones de cerdos para consumo humano, sino también porque la población de jabalíes se está disparando y porque cada vez es más fácil que entre en contacto con el ser humano.
Por eso, este lunes, investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha publicaron un artículo en la revista «Transboundary and Emerging Diseases» que analizaba la capacidad del jabalí de transmitir enfermedades. Aunque reconocen que aún falta mucho por saber acerca de la mecánica de la transmisión de enfermedades en estos animales, concluyen que pueden suponer una amenaza a nivel mundial para la salud pública. Francisco Ruiz Fons, director de la investigación, contestó a algunas preguntas por correo para aclarar este asunto:
-¿Cuáles son las conclusiones más importantes de este estudio?
La principal conclusión es que el jabalí constituye un riesgo en la transmisión de enfermedades importantes a las personas a nivel mundial que debe ser tenida en cuenta por las autoridades en materia de salud pública. En este estudio se han identificado aquellas enfermedades que comparten jabalí y ser humano con mayor impacto en la salud de las personas y para las que el jabalí puede ser una fuente. Estas enfermedades son principalmente la encefalitis japonesa (ocasionada por un virus transmitido por mosquitos), la hepatitis E (también por un virus), la enfermedad causada por el virus Nipah (de la que se desconoce el papel del jabalí pero en la que se sabe que el cerdo, la misma especie que el jabalí, es un reservorio importante), y algunas enfermedades causadas por enterobacterias como Escherichia coli, Salmonella o Campylobacter. El enfoque del estudio es mundial ya que el jabalí o su variante asilvestrada (el cerdo asilvestrado) tiene una distribución prácticamente mundial.
-¿Qué tipo de análisis han hecho para llegar a estas conclusiones?
El estudio ha consistido en una revisión bibliográfica amplia de la situación de todos los patógenos que el jabalí comparte con el hombre y en un análisis de riesgo cualitativo para identificar las que mayor riesgo suponen para el hombre. Se han analizado aquellos microorganismos que están muy distribuidos en las poblaciones, se ha tenido en cuenta si estas poblaciones iban en aumento o si estaban muy ampliamente distribuidas, si podían tener un alto impacto en la salud humana o si había evidencias de transmisión entre jabalí y hombre.
-¿Por qué han puesto el foco en los cerdos salvajes en su trabajo? ¿Acaso hay un riesgo cada vez mayor de que se conviertan en el foco de transmisión de enfermedades?
Desde el inicio de nuestro centro de investigación (el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Castilla – La Mancha y la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha) en el año 1999, nuestro grupo ha venido investigando el efecto del aumento de la densidad y de la gestión cinegetica del jabalí sobre la circulación y transmisión de enfermedades compartidas con el hombre y con los animales de abasto, enfermedad de Aujeszky, tuberculosis, brucelosis, circovirosis porcina, fiebre Q, etc.
En estos estudios hemos visto como la creciente densidad de jabalíes por encima de rangos hasta ahora conocidos tiene un efecto importante en la transmisión de enfermedades a otras especies con las que coexiste. Estos conocimientos apuntan que esta especie puede ser muy importante desde el punto de vista sanitario por las crecientes evidencias de su expansión a nivel mundial y, con ello, el incremento de su papel como reservorio y transmisor de enfermedades al ser humano.
-¿Cómo se puede contrarrestar este riesgo de transmisión de enfermedades?
Actualmente los investigadores estamos trabajando arduamente tanto en Europa (especialmente en España) como en Estados Unidos para buscar herramientas de gestión que permitan controlar la expansión de las poblaciones de jabalíes para reducir su impacto ecológico, su impacto en los accidentes de tráfico, su impacto en la agricultura y su impacto en la salud de los animales de abasto, las especies protegidas y el ser humano. En España, prácticas hasta ahora comunes de gestión cinegetica (alimentación artificial, vallados, producción en granjas ilegales y liberación a fincas posterior) han sido uno de los principales factores que han determinado el aumento de la densidad de jabalíes y, en paralelo, del porcentaje de jabalíes con enfermedades.
En Estados Unidos el interés de las sociedades de cazadores por esta especie ha conllevado a que de forma ilegal se hayan traslocado cerdos asílvestrados entre Estados muy distantes geográficamente. Sin embargo, otros factores ambientales tienen un papel importante a nivel mundial, como los cambios en los sistemas agrícolas (incremento de los cultivos de regadío como y el maíz, la soja, el sorgo), el abandono del campo y de la ganadería y, con ello, el aumento de las zonas boscosas que ofrecen mayor protección y alimento natural a los jabalíes, e incluso el cambio climático, que con inviernos mas suaves favorece la supervivencia de las crías. En Suecia el aumento de la alimentación artificial durante todo el año por los cazadores unido a inviernos mas suaves, entre otros factores, están conduciendo a un aumento sin precedentes de los jabalíes, por ejemplo.
Por todo ello sería recomendable regular la practica de alimentación artificial que algunos gestores y sociedades de cazadores emplean para mantener suficientes piezas para la temporada de caza, aumentar los cupos de caza existentes ya que el jabalí no tiene prácticamente depredadores (lobo en Europa y Norteamérica) y explorar científicamente otras posibles medidas que no se han analizado en profundidad.
En paralelo se debe vigilar el estado sanitario de los jabalíes y estudiar medidas de control de estas enfermedades en el jabalí (por ejemplo a través de la vacunación mediante cebos como estamos haciendo par controlar la tuberculosis en un estudio liderado por nuestro grupo). Pero actualmente tenemos un problema, ya que no tenemos métodos fiables y universales para estimar el tamaño de las poblaciones de jabalíes y evaluar el efecto de estas y otras medidas para reducir la densidad de jabalíes. No se pretende ni se debe pretender eliminar al jabalí porque es una de las especies más importantes en los ecosistemas naturales europeos y asiáticos y aporta un porcentaje importante de las rentas rurales en numerosos países europeos debido a su relevancia cinegetica, sino mantenerla de forma sostenible.