Después de unos años en los que la población de lobos parecía haberse estancado o incluso reducido de forma significativa, al menos atendiendo a criterios de visibilidad de ejemplares y, sobre todo, a la cifra de ataques al ganado, los cánidos vuelven a suscitar seria preocupación entre ganaderos y cazadores.
Al parecer, su número ha crecido notablemente y se cuentan por docenas las personas que dicen haber visto algunos ejemplares merodeando las aldeas e incluso cruzando tranquilamente carreteras de mucho tránsito. «O outro día atravesaron por aquí dous grandes que traían dúas crías con eles. Raro é o día no que non se ven atravesando camiños ou no medio das praderías», apunta un vecino de la parroquia de Arcos, la zona en la que parece constatarse una mayor presencia.
De hecho, tal y como apuntan desde la localidad, rara es la semana en la que las fieras no se cobran alguna víctima. El último incidente tuyo lugar hace solo unos días en el lugar de Ribeiratorta donde, supuestamente, dos lobos atacaron a un potro que pastaba en una finca próxima a la aldea. Otro tanto sucedió hace diez días en Montesubelo, en la parroquia de Alborés, también en Mazaricos, donde otro ejemplar agredió a un rebaño de ovejas hiriendo de muerte a una de ellas que apenas sobrepasaba los tres años.
Refuerzo de cierres
Este aumento de la presencia de lobos ha provocado que muchos hayan optado por extremar las medidas de vigilancia sobre el ganado que pasta o incluso pernocta fuera del establo. Algunos profesionales han reforzado los cierres metálicos y electrificado las cercas de sus fincas y otros directamente han preferido guardar los animales en el establo durante la noche.
Pese a que el colectivo de los ganaderos pasa por ser el más damnificado por los daños causados por el lobo, también los cazadores se sienten perjudicados por el supuesto aumento en el número de ejemplares.
En este sentido, los aficionados se quejan de que este incremento de ejemplares está teniendo consecuencias directas sobre las poblaciones de jabalíes y por tanto sobre su actividad lúdica. «Aliméntanse dos xabarís e, de feito, xa se aprecia un descenso importante desta especie», apunta Ramón Paz, secretario de la Asociación de Caza y Pesca El Halcón de Mazaricos, que señala que la Administración pone muchas más trabas a la hora de conceder batidas para el lobo que para el jabalí. «A este ritmo, no monte xa so haberá xabarís e despois si que isto converterase nun problema moito máis delicado», apunta el cazador.
En esta opinión coincide otro aficionado noiés que también caza en áreas de Negreira y Mazaricos. Habla de la necesidad de que se eleve el número de autorizaciones para abatir lobos además del número máximo de especies cazables en una batida. «Cando dan permiso é para abater un ou dous. Co número tan alto que hai de lobos resulta imposible controlar a evolución da especie na comarca».
Los agricultores esperan que la población de jabalíes descienda
Además de ganaderos y cazadores hay un tercer colectivo en discordia en este conflicto abierto entre lobos y jabalíes. Es el de los agricultores ?muchos de ellos también tienen ganado? que aguardan esperanzados a que se confirme la afirmación que realizan los deportistas sobre la caída de la población de jabalíes en la zona.
No en vano, en pocas semanas las plantas del maíz comenzarán a formar la espiga, momento en el que acostumbraba a aumentar de forma significativa la actividad de los jabalíes que, en años precedentes, llegaron a destrozar fincas completas de este cultivo.
«Esperemos que sexa certo o de que apenas quedan xabarís, porque debido á falta de chuvia o millo apenas medrou e se, por riba, veñen os porcos salvaxes con fame xa non imos coller ningún», apunta un productor de la parroquia de Os Vaos al que el año pasado los jabalíes destrozaron más de dos hectáreas de maíz.