La irrupción de animales en la calzada provoca cada año más percances de tráfico (más de dos al día en 2013), una incidencia que lejos de aminorarse cada año va a más. De hecho, ya representa la mitad de los accidentes que acontecen en las carreteras de la provincia. Ourense junto con Lugo encabezan el ránking gallego con 778 accidentes (684 en 2012) y 1.148 respectivamente durante el pasado año. Pero el dato más preocupante es que el pasado año este tipo de incidencias en el asfalto provocó daños personales: un joven muerto y tres heridos graves (uno parapléjico) -en el siniestro ocurrido el 20 de septiembre en la A-52 a su paso por Cenlle al chocar el coche en el que iban con una manada de jabalíes-.
Esta realidad se presenta como un "tema complejo y delicado", según reconoce el propio jefe de Tráfico de Ourense, David Llorente, máxime cuando ya ha provocado víctimas. Además, según reconoce, las soluciones no se antojan fáciles, a tenor del gran número de vías secundarias que atraviesan zonas rurales y el abandono de los montes. Por esta razón, aconseja "la cobertura en el seguro del vehículo de los atropellos de animales salvajes si vivimos o circulamos por zonas peligrosas" para así tener amparados las reparaciones en caso de siniestro.
Máxime cuando la reforma de la Ley de Tráfico, que acaba de entrar en vigor, complica las indemnizaciones, según destaca la Guardia Civil de Tráfico. Así, los titulares de las vías (concellos, Diputación, Xunta o Fomento) sólo responderán, tras la reforma, si ante la existencia de una valla exterior (obligatoria en el caso de las autopistas) ésta no estuviera reparada o por no haber señalizado que existen animales sueltos. No obstante, el tema de la señalización, según matiza un guardia civil del destacamento de Tráfico, es una asignatura en la que pocas administraciones suspenden. "Desde hace unos años se ha invertido bastante en este capítulo para evitar abonar los daños en los vehículos", asegura.
Asimismo, la reforma de la ley acotó más la responsabilidad del dueño del coto o terreno de caza y la ciñe al mismo día de la caza si el animal irrumpe en la carretera.
La nueva ley, según asegura la agente de seguros María del Carmen Albert, responsabiliza ante todo al conductor como regla general, de ahí -recalca- "la importancia de que se haga un atestado" siempre y cuando la póliza del asegurado "incluya el apartado de incendios, robos e impacto con animales cinegéticos".