Una de las referencias del ocio juvenil en la comarca tiene serios problemas con los jabalíes. El popular albergue de la playa de Gandarío tiene el cierre exterior del bosque hecho unos zorros por culpa de estos mamíferos que también han destrozado recientemente numerosas fincas. Así, el pasado mes, el director del albergue calificó de «insoportable» la situación y solicitó ayuda a expertos cinegéticos de la comarca. La Xunta no tardó en autorizar esperas nocturnas (batidas de varios cazadores apostados por las noches) durante la primera quincena de mayo. Pero desde el albergue matizaron que no debían realizarse en las jornadas en que el albergue estuviese ocupado por jóvenes y finalmente cinco cazadores de la sociedad As Mariñas acudieron siete de las quince noches posibles. El resultado fue totalmente infructuoso. Pese a que el servicio de Conservación da Natureza permitía la captura de cuatro ejemplares en la primera quincena de mayo, el balance fue cero. «Simplemente no los avistamos, en algunas ocasiones esperamos hasta bien entrada la madrugada pero no hubo suerte, no aparecieron», explicó Manuel Golpe, uno de los cazadores desplazado al entorno de Gandarío. Este veterano de la caza avisa que no solo es esta zona la afectada por los jabalíes sino buena parte de la comarca, en parte por el marco que suponen los puntos de la Red Natura. «Entre el embalse de Cecebre, las Brañas de Sada y el Xuncal (zona entre Miodelo y Mariñán próxima a la costa) los jabalíes saben donde van a estar tranquilos, donde no se les puede molestar», explica. «Además de destrozar las fincas de los vecinos, el principal peligro que generan es el cruce de las carreteras, tienen unos pasos establecidos en Fiobre y otro en la recta del Concello de Bergondo», añade Golpe Caamaño.

El calor de los últimos días también estimula a los jabalíes a ocupar estas zonas de costa. La Xunta dará un nuevo permiso para batidas nocturnas en el entorno de Gandarío.