La nueva Lei de Caza, que el Consello de la Xunta decidió enviar ayer al Parlamento para su debate y posterior aprobación a la vuelta del verano, mantendrá los 16 años como edad mínima para obtener una licencia para la actividad cinegética. La norma permitirá, previo permiso de la consellería competente, abatir animales en zonas vedadas. En esos terrenos teóricamente cerrados al uso de armas se podrán «executar controis de poboación ou autorizar o exercicio excepcional da caza por razóns técnicas, de seguridade, científicas, sanitarias ou sociais», de acuerdo con el artículo 31 del texto. Ese amplio abanico de razones diferentes (hasta cinco) se reduce realmente a una, según el jefe del Ejecutivo, Alberto Núñez Feijoo: habilitar un mecanismo para batidas que combatan los daños generados por el jabalí.

Respecto a la vigente, que data de 1997, la norma congela el importe de las sanciones (de 100 a 600 euros para unas, de 601 a 6.000 para otras y de 6.001 a 30.000 para todas las demás), pero eleva los supuestos de infracciones muy graves de 12 a 18, o sea, un 50 %. Por ejemplo, empezarán a tener ese tipo de consideración hechos como cazar animales domésticos, entorpecer investigaciones de las autoridades o no poseer seguros de responsabilidad civil que cubran infortunios en explotaciones cinegéticas comerciales. Por contra, la faltas graves bajan de 41 a 40 y la leves pasan de 35 a 29. Los plazos de prescripción, no obstante, aumentan en todos los casos: los actuales de seis meses, a un año; los de un año, a tres; y los de dos, a cinco.

La ley, que, según el presidente de la Xunta, cuenta con el beneplácito de la Federación Galega de Caza, la cual agrupa a 52.000 personas, introducirá en el ordenamiento jurídico otras novedades ya anunciadas meses atrás. Por ejemplo, la creación de la figura del responsable de cacería, para modalidades colectivas. Este tendrá que ser nombrado por el titular del terreno y, en virtud de la cláusula 82, siguiendo los «principios de prudencia e seguridade», habrá de responder por cuestiones como la aptitud de los participantes y su adecuada colocación a fin de evitar incidentes. Al contrario de lo avanzado en la presentación del anteproyecto de ley, en enero del 2012, la edad mínima en Galicia para obtener una licencia de caza (sin armas de fuego) no será rebajada, pese a lo que ocurre en la mayoría de las comunidades autónomas, de 16 a 14 años. En este punto, en lugar de las peticiones llegadas desde el sector, el Gobierno de Feijoo ha optado por tener en cuenta recomendaciones en sentido opuesto como la emitida por el Valedor do Pobo.

Fondo de corresponsabilidad

Cuando entre en vigor la nueva normativa, la Consellería de Medio Ambiente pondrá en marcha un fondo de corresponsabilidad hoy en día inexistente, a modo de práctica «expresiva da solidariedade na repartición das cargas que se derivan da responsabilidade polos danos que causan as especies cinexéticas». Se nutrirá básicamente de aportaciones de fondos públicos que el documento remitido ayer a la Cámara no fija en ninguno de sus apartados.