La bala que terminó en el pecho del vecino de A Pobra Jesús Boo del Río, tras un presunto accidente de caza en la tarde del sábado cuando estaba recogiendo setas en compañía de su hijo y un amigo, ha dado pie a una investigación que la Guardia Civil ha puesto en manos de su Policía Judicial. Ayer, al igual que el sábado, todavía eran muchas las incógnitas que rodeaban a lo sucedido en la parroquia de San Isidro de Posmarcos.
Lo que sí ha trascendido es que el proyectil que le fue extraído a este pobrense de 78 años «es de un tamaño menor al regulado para las batidas de jabalí» como la que estaba teniendo lugar en un coto próximo adonde la víctima recibió el disparo.
Por ahora, los encargados de la investigación piden prudencia y reconocen que «son varias las hipótesis que se barajan». Tanto el hijo de la víctima como el amigo que acompañaba a ambos tendrán que declarar. También parece seguro que lo hará el representante de una sociedad de caza de la zona, cuyos integrantes se encontraban realizando una batida en el coto próximo al lugar de los hechos.
«Pensei que era unha pedra»
Jesús Boo se recuperaba ayer en el hospital de Barbanza de la operación en la que le fue extraída la bala del pecho y explicaba el suceso. «Ao principio pensei que era unha pedra, pero ao pouco tempo xa me din conta de que se trataba dunha bala, empecei a sentirme mal e pedín axuda. Faltábanme as forzas e a cabeza dábame voltas. Leváronme ao hospital, pero non perdín o coñecemento», recordaba Jesús Boo en la cama, aún visiblemente cansado por la operación y tras una mala noche en la que apenas pudo dormir.
La víctima reconoce que le pareció oír el ruido de un arma de fuego antes de recibir el impacto, pero no pensó que pudiera correr peligro. «O lugar onde estabamos collendo setas ten moita maleza e cando chegamos separámonos. Foi estando só cando sentín o impacto, a partir de aí todo foi moi rápido», dijo el herido. |