Fornelos, Cotobade o las Fragas. Tres de los grandes incendios ocurridos en Galicia en los últimos años -los dos primeros causaron víctimas mortales y el último devoró el corazón del último bosque atlántico de Europa- en los que todavía hoy no se ha dado con los autores o que incluso no se ha determinado si es fortuito o provocado. La semana pasada, el único procesado por el incendio que causó la muerte de dos mujeres en Cerdedo en 2006 fue absuelto por falta de pruebas. La causa por el fuego de Fornelos en el que fallecieron brigadistas fue archivada ante la imposibilidad de probar la culpabilidad del único detenido.
Mes y medio después del incendió que calcinó más de 750 hectáreas del parque eumés, todavía no ha trascendido si fue fortuito o intencionado. A las pocas horas de originarse el fuego en las Fragas, la Xunta dio por hecho que había sido provocado y anunció la movilización de todos los medios para detener al "terrorista ecológico" que había reducido a cenizas el corazón de las Fragas. El jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, incluso remitió a Madrid una propuesta para reformar el Código Penal, de forma que los autores paguen los daños económicos que causen así como el coste de las labores de extinción. Pero a la vista de las investigaciones en materia de incendios, el problema no radica en las penas sino en las dificultades para sentar en el banquillo a los sospechosos y demostrar su autoría: de los 942 delitos de incendio registrados el año pasado en Galicia, solo ocho fueron llevados a juicio. |