La irrupción de un animal (silvestre o doméstico) en la calzada, provocó durante 2011 más de 17.000 accidentes. En más de 650 de ellos se registraron víctimas, con el balance de 10 personas fallecidas y 84 heridas graves, según datos de la Dirección General de Tráfico, a los que hay que añadir los ocurridos en el País Vasco y Cataluña. Desde la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco se indica –puntualizando que son datos provisionales, porque no está cerrado el balance– que se registraron 20 accidentes con víctimas por atropello de un animal, sin lamentar ningún fallecido. Por su parte, el Servei Català de Trànsit de la Generalitat de Cataluña –que reconoce que no cuenta con datos muy exhaustivos– tiene contabilizados en el pasado año 12 accidentes, con 7 heridos graves.
Además, hay que reseñar el número de animales que mueren en estos accidentes. Pablo Sáez, director gerente de Acex (Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras), explica que “en los cerca de 140.000 kilómetros de carreteras que tenemos, es factible hablar de que se recogen unos 1.000 animales diarios, incluyendo desde un topillo, una liebre o un pájaro, a ciervos, vacas, caballos o jabalíes”.
Por Comunidades, son Castilla y León (36% sobre el total de accidentes) y Galicia (18%) las más afectadas. Así, Francisca Delgado, jefa provincial de Tráfico de Soria, explica que “en nuestra provincia, la mitad de los accidentes que ocurren en nuestras carreteras están causados por un animal”. Las razones están muy claras para Gonzalo León, jefe provincial de Tráfico de Lugo, que pone como ejemplo las vías lucenses: “Tenemos más de 10.500 kilómetros de vías rurales, mayoritariamente secundarias, que atraviesan zonas boscosas, con mucha fauna”.
Los jabalíes y los corzos son los animales silvestres que más accidentes causan. Para el Ministerio de Fomento, las causas más comunes que explican la irrupción de los animales en las carreteras hay que buscarlas en la reducción y fragmentación de los hábitats naturales de los animales, el abandono del medio rural, junto con el crecimiento de las poblaciones de determinadas especies. Este es el caso de los jabalíes, uno de los animales cuya cabaña ha registrado un mayor crecimiento en los últimos años. Víctor Mascarell, presidente de la Asociación de Entidades de Caza de la Comunidad Valenciana, explica el porqué: “no tiene enemigos naturales como depredadores, y la abundancia de la maleza en los montes y el abandono de las zonas rurales han hecho que haya proliferado en demasía”.
En cuanto a animales domésticos, son los perros los que más riesgo presentan, sobre todo los abandonados. Según datos de la Fundación Affinity, en 2010 en España se recogieron casi 110.000 perros abandonados.
Muchas son las soluciones para reducir el problema y se eligen en función de la especie a la que van destinadas, la orografía del terreno y las infraestructuras de la zona: vallados, pasos de fauna, pantallas, señalización específica...
El vallado es obligatorio en las autovías y autopistas y hay que adecuarlo al tipo de animal de la zona: incrementar su altura si hay grandes mamíferos, hacerlas más tupidas en la base para impedir el paso de pequeños mamíferos y reptiles, o enterrarlas profundamente para evitar que los jabalíes escarben. El Ministerio de Fomento indica que cada metro de vallado cuesta unos 25 euros y hace cuentas: el año pasado se pusieron en servicio 150 kilómetros de autovías y autopistas, por lo que la inversión rondaría los 7,75 millones de euros. Y aunque es una de las medidas más eficaces, también se reconoce, “que trasladan el problema al lugar donde acaba el vallado”, como subraya Pablo Sáez, para quien son más efectivos sistemas como los repelentes olfatorios (desprenden olores similares a los depredadores) y los captafaros (reflejan la luz de los faros de los automóviles para asustar a los animales). Pero Francisca Delgado asegura que “en Soria estos sistemas no han sido muy eficaces”.
Gonzalo León añade que “la mejor medida es la señalización y la limpieza de los márgenes de las vías, que mejoran la visibilidad de los conductores; y en la planificación de nuevas vías, evitar que pasen por zonas de animales y rutas migratorias”. Y todo ello sin olvidar que los propietarios de las fincas colindantes con las carreteras y de animales domésticos, deben poner las medidas adecuadas para evitar que puedan cruzar inesperadamente y provocar un accidente. |