Revista de Prensa


La manera reverencial con la que Manuel Rey Egusquiza se refiere al imperio de la ley y el orden le viene más por ideología, por su devoción a la institución militar y su simpatía al instituto armado de la Guardia Civil, que por influencia de la filosofía de John Locke, padre del liberalismo, responsable de una máxima –"donde no hay ley no hay libertad"– que este hombre presidente del tecor de Pena Mayor, en Piñor de Cea, proclama como un mantra en la conversación.
J. Fraiz · 29/1/2012

En semanas su responsabilidad al frente del monte expira pero la tensa situación con un grupo de cazadores que se perpetúa, hace que se lo piense.

Manuel Rey acusa con el dedo a trece personas –solo una de ellas seguiría en la asociación– por comportarse con modos presuntamente delictivos. Según denuncias que muestra relativas a hechos del año 2007, "amenazaron a agentes de Medio Rural con sus armas, fueron pillados en una batida ilegal y también me amenazaron a mí personalmente tirándome un saco de orejas de corzo y jabalí en el bar". Un par de tiros astillaron además la señal de tráfico más próxima a la explanada de acceso a su bar, un bloque rectangular al pie de la carretera nacional N-525 que la autovía AG-53 desertificó.

Que no hubiera respuesta penal hasta el momento –"no han sancionado ni a uno solo hasta la fecha", asegura,– es la consecuencia esperada, según Rey, por las buenas conexiones de algunos de los cazadores infractores en ámbitos de la administración provincial y también autonómica. "La verdad es que tienen muy buenos enchufes", acusa este hombre.

El bar donde Manuel tiene la sede del tecor ya no funciona como bar; es un escenario bañado en rojigualdo. Manuel Rey demuestra en la pared su veneración por la simbología de la bandera, el catolicismo, y el traje castrense. En días espera poner a andar una nueva asociación, la de Amigos de la Bandera Española, que tendrá sede también en Piñor de Cea. Manuel ya tiene reclamo, una bandera de 4,70 metros de envergadura que ayer flameaba a 11 metros de altura en el mástil hasta que su dueño la arrió a media asta en señal de duelo con los heroicos policías que dieron su vida en el accidente marítimo del Orzán.

El nuevo proyecto lo anima pero el viejo lo inflama. "Más justicia y menos corrupción" se lee en una pancarta casera que cuelga de la fachada de su local, entre ventanas enrejadas y una escena contradictoria: banderas constitucionales con el escudo franquista y el blasón de arcos y flechas falangista.

Manuel Rey sobrevivió en su día a una moción de censura instigada por sus enemigos y el día 14 se mide a ellos en un juicio "civil" porque "quieren que los readmita como socios", sostiene. Tras cuatro años de conflicto, Rey apremia: "Esta gente se tienen que sentar en el banquillo y los que los encubrieron igual".