El viernes, en pocos minutos, murieron dos cerdos salvajes arrollados por coches. Y tanto las policías locales como los miembros del Grumir tienen detectados una veintena de puntos negros donde es frecuente que los animales crucen la calzada y, por tanto, haya siniestros. Así lo explicaban desde Ribeira, Boiro, Rianxo, Lousame, Porto do Son, Outes, Muros y, sobre todo, Carnota.
Hasta las marismas
En el término carnotano, la policía daba una cifra que, como mínimo, resulta llamativa. En tres meses van diez atropellos de animales en la calzada. Al parecer, y según lo dicho por los agentes, de cuando en vez las manadas cruzan el monte, atraviesan la carretera y llegan hasta la zona de las marismas. Todo esto hay que entenderlo en un contexto en el que cada vez este tipo de mamíferos proliferan más por el abandono del pastoreo y, por tanto, la comida les es más escasa, por lo que pueden desplazarse varios kilómetros para buscar alimento.
De hecho, esta es una de las cuestiones que destacaban quienes, el viernes a última hora, se desplazaron a la autovía barbanzana para limpiar los restos de un jabalí que pereció bajo las ruedas de un vehículo. El animal, que al parecer cruzó acompañado de otro ejemplar, estaba a más de un kilómetro de la salida más cercana de la vía de alta capacidad y es difícil que se colase por otra parte, ya que la carretera está alambrada a lo largo de todo el recorrido.
Algunas policías, como la de Carnota, enviaron informes a la Xunta con los puntos por donde pasan los animales -suelen seguir los mismos itinerarios- para que se pongan señales de que puede cruzar el vial la caza mayor. Lo que debe llevar a los conductores a extremar precauciones, ya que encima estos animales salen de noche. |