Después de ver el cartel de la Dirección Xeral de Montes, en el que se reflejaba que los cazadores éramos una de los causantes de los incendios, alegando que los provocamos para facilitarnos el paso por el monte, además de otros temas que van saliendo estos días, nos viene de nuevo a la mente la eterna pregunta de ¿por qué tiene la caza tan mala fama e imagen en nuestro país?
Este cartel es paseado por cuanto sarao ferial tenga a bien la Dir. Xeral de Montes montar su "estand".
La falta de respeto mostrada a nuestro colectivo arranca, las más de las veces, de la opinión de un vigilante al rellenar la casilla donde el impreso interroga por la causa del incendio. Este buen funcionario, en más de una ocasión, ha puesto bajo el científico método de su criterio: "La Caza".
Este mismo baremo serviría para criminalizar, a tenor de las estadísticas de las detenciones, al colectivo de señoras mayores, generalmente de luto y de religión católica. Puesto que con estas características se han dado abundantes casos.
Últimamente estamos observando cómo somos el blanco de una gran parte de la sociedad que detesta la caza y que no duda en lanzarnos acusaciones indiscriminadamente, negando que sea una actividad absolutamente necesaria para el buen desarrollo de los entornos naturales y el equilibrio entre especies y su conservación. Todos sabemos que nadie mejor que nosotros conoce la naturaleza y los animales que la habitan, pero la pregunta, antes de intentar buscar las formas de revertir esta situación, es ¿qué estamos haciendo mal?, ¿cómo hemos llegado a este punto?, ¿y hasta qué punto somos nosotros mismos los culpables de ello?
Estamos siendo la diana de organismos políticos y de la sociedad en general, y por desgracia, en la mayoría de los casos, apoyan esta causa por puro desconocimiento, ya que reducen su visión de la caza a matar animales indefensos. Otro de sus argumentos es que matamos animales solo por su trofeo y nos hacen culpables de actividades con las que no tenemos nada que ver como el furtivismo, etc.
En el último Observatorio Cinegético, la administración ha reconocido que la actividad cinegética en Galicia, debería considerársela de interés público y social. Un solo año sin cazar los excedentes convertiría el agro gallego en un erial incultivable. Esta ponencia fue explicitada por la "Fundación Félix Rodríguez de la Fuente". Algo podrá enseñarles esta organización pionera del ambientalismo en España a muchos neoverdes incrustados en las administraciones. Deberían tomar nota de ello. |