El jabalí se ha convertido en el enemigo número uno para los agricultores y cazadores de los municipios de Sanxenxo y Portonovo. El aumento de ‘visitas’ de estos animales con respecto a años anteriores trae a los afectados por la calle de la amargura. A lo largo del último mes, un gran número de fincas de maíz han sido asaltadas por numerosos ejemplares de esta especie salvaje. Los maizales de las parroquias de Vilalonga, Noalla (en las inmediaciones de Monte Faro) y Dena parecen ser los destinos favoritos de los jabalíes.
Ante este panorama, la Sociedade de Caza da Lanzada y la de Meaño han aunado fuerzas para hacer frente a los ataques. Tanto es así, que cerca de medio centenar de cazadores han llevado a cabo cinco batidas (con el pertinente permiso de la Xunta de Galicia) durante el último mes y medio. Esta medida ha servido para dar caza a una decena de jabalíes, según precisó ayer el presidente del colectivo sanxenxino, Carlos Arosa. Hasta el momento, los animales salvajes han causado daños en una superficie que ronda los 800 metros cuadrados. Los afectados calculan que se han perdido ya cerca de 1.000 kilos de trigo, una cantidad que podría seguir aumentando si los ataques se continúan produciendo.
La última batida llevada a cabo por los cazadores sanxenxinos y meañeses tuvo lugar el pasado domingo. La jornada fue prolífica, ya que estos improvisados centinelas de las fincas consiguieron abatir a tres ejemplares en pocas horas. La cacería se desarrolló en el lugar de Regueiros, en la parroquia de Noalla, en uno de los puntos más atacados por los animales. Dos de estos ejemplares superaban los 90 kilos de peso y murieron como consecuencia de los disparos de los cazadores. El tercer ejemplar, de menor tamaño, fue presa de los perros. |