Los técnicos de la Consellería de Medio Rural remitieron a un vecino de Cello a la Guardia Civil para controlar los daños del jabalí en una finca de una hectárea sembrada de maíz. El dueño de la parcela, Pablo Cacheda, apunta que es la segunda vez en una semana que este animal irrumpe en la parcela, burlando los pastores de corriente eléctrica. Los daños se produjeron el fin de semana.
"Todos los días y desde que entró por primera vez, el pasado día 9, voy a ver la finca al atardecer, para comprobar que no hubo incursiones y que los pastores están bien colocados. No obstante, la última vez noté una especie de ruido" y, tras, tirar un petardo al aire para disuadir al animal, el ganadero se encuentra de frente "y a menos de metro y medio de distancia a una hembra, acompañada de jabatos y dispuesta a embestirme para defender a sus crías". Pablo Cacheda logró escapar, y a la mañana siguiente llamó a la Consellería de Medio Rural para alertarle del hecho. Pero obtuvo por respuesta que "avisase a la Guardia Civil".
Estupefacto, se puso en contacto con la Benemérita. Los agentes le dejaron claro que entre sus obligaciones no figura la de matar jabalíes, "pero que no tienen problema en hacerlo aunque, eso sí, no van a meterse en medio de la finca a montar guardias", parafrasea el afectado. A la finca de Cacheda se desplazaron ya los técnicos para levantar acta de los daños, "pero lo que necesitamos son batidas de prevención. El resto de los vecinos está en la misma situación que yo", recuerda. Y es que, antes de entrar en la finca de Cacheda, el jabalí cavó un prado anexo, propiedad de otro habitante de la parroquia. Los vecinos urgen que se organicen batidas antes de esperar a que arranque la temporada de caza mayor, "porque si no, no podremos salvar la cosecha. Ahora mismo, no podemos recoger el maíz", que necesita en torno a un mes más para madurar y que en este último mes de crecimiento tiene que enfrentarse a dos enemigos más: la sequía y los cuervos.
Cello no es la única parroquia de Lalín ´acechada´ por el jabalí. Los daños que se produjeron ya sobre el maíz entre abril y mayo, durante su siembra, así como en productos de huerta, despertaron la presión de ganaderos y sindicatos para que, finalmente, Medio Rural accediese a autorizar batidas por daños. Las cuadrillas se repartieron las zonas, de modo que se establecieron seis grupos para Gresande y Soutolongo; Alperiz, Parada y Maceira; Prado, Donramiro y Donsión; Palio, Fontecabalos, Sello y Erbo; Goiás, A Veiga y Val do Boi; y, por último, Abeleda, Nogueira, Doade y Catasós. Las batidas se realizaron en junio y, aunque las previsiones iniciales eran volver a convocarlas en agosto, todo apunta que podrían demorarse hasta el inicio de la caza. Desde las organizaciones agrarias, se insta a Medio Rural a que tome cartas en el asunto, permitiendo la caza en zonas de refugio para recortar la población de jabalíes. En algunos puntos de la comarca su exceso es tal que los vecinos optaron por dejar de sembrar maíz, como ocurrió en el concello de Forcarei. Los sindicatos también exigen que se paguen los daños en cultivos de la temporada de 2009 y que se habiliten ayudas para las incursiones de este ejercicio. |