Los días permitidos para la práctica de este deporte con tradición son los jueves, domingos y días festivos. El horario legal va de una hora antes de la salida del sol a una hora después de su puesta.
Las previsiones de los más fans de este deporte apuntan a previsiones optimistas, si bien todo depende de la modalidad porque hay sequía de las piezas más preciadas -conejos, perdices y liebres- y un incremento de la caza mayor: jabalí y corzo.
El dato que más llama la atención es que con este escenario el número de licencias en nuestra comunidad se haya estabilizado en torno a los 50.000 deportistas, después de haber sufrido un importante bajón en los últimos años y haberse perdido la friolera de 20.000 licencias en la última década.
Quien salga hoy a los montes gallegos a disfrutar de la apertura de la temporada cinegética no puede olvidar que debe estar en posesión de la correspondiente licencia de caza, además de un seguro de responsabilidad civil. Evidentemente es preciso tener al día los papales del arma que se utiliza, esto es, permiso y guía de pertenencia, y aquellos que cacen en zonas acotadas ir acompañados de la pertinente autorización para hacerlo.
La normativa para este nuevo ejercicio no ha sufrido relevantes modificaciones: sigue en vigor la limitación de la munición, con un máximo de tres cartuchos y quedan prohibidos todo tipo de cebos o sustancias venenosas, además de la utilización de vehículos o embarcaciones a motor, aeronaves y cualquier trampa o cepo, como ya era norma.
Se recuerda lo obvio en cuanto a seguridad, pero que nunca está de más: no circular con las armas cargadas ni hacer uso de ellas en zonas urbanas, rurales, carreteras o caminos.
Con todo esto bien atado, los cazadores ya tienen en su punto de mira a sus piezas. Hoy es su primer día.