En los próximos diez meses no será difícil oír tiros en el monte. La Consellería de Medio Rural ha decidido flexibilizar la caza del jabalí levantado el aplauso de los que se dedican a la actividad cinegética y el rechazo de los principales colectivos ecologistas del país. Los primeros defienden que las batidas son necesarias para minimizar los destrozos que causa esta especie en las cosechas. Pero los conservacionistas alertan que la actividad hará peligrosos los paseos por el monte y además perjudicará a otras especies de fauna salvaje.
La temporada de caza del jabalí empezó el pasado 29 de agosto y se prolongará hasta el 30 de enero. Como todos los años, los cazadores tendrán prohibido salir al monte durante febrero y marzo, para garantizar la reproducción de la especie. Pero en 2011 las escopetas y los perros tendrán más facilidades para volver al monte entre abril y agosto. Hasta ahora durante estos meses, sólo se autorizaban las batidas en caso de que se produjera algún destrozo en una finca. Medio Rural ha instaurado lo que los ecologistas bautizan como "caza preventiva". La consellería prepara un mapa con los municipios más afectados por el jabalí para agilizar la concesión de las batidas en esas zonas sin esperar a que los animales arruinen alguna cosecha.
La Federación Galega de Caza defiende que su actividad es necesaria para y beneficiosa para los agricultores. "La densidad del jabalí debe ser ajustada a cada territorio y en aquellas zonas en que los daños a los cultivos generan problemas económicos y sociales deben rebajarse sus poblaciones en la medida de lo posible", señalaba ayer.
Pero los ecologistas creen que el problema debería solucionarse de otro modo. "Los daños ocasionados por los animales salvajes se relacionan con la desaparición de las especies cinegéticas clásicas, como conejos, perdices o liebres, con el exterminio de sus depredadores naturales, principalmente el lobo, pero sobre todo con el abandono del rural", argumentaban ayer desde Adega. Los conservacionistas critican que el monocultivo de eucalipto y de maíz favorece la proliferación de esta especie y piden además que se realicen limpiezas del matorral. "Meter más pólvora y plomo no solucionará el problema y ahondará en el desequilibrio ecológico de estas áreas", añadían.
Los ecologistas apuntan también que los destrozos causados por el jabalí pueden estar siendo exagerados. "Aparecen muchas veces en la prensa campos de maíz supuestamente destrozados por los jabalíes bastante sospechosas", indica Xulio Fernández, del colectivo Matar por Matar Non. Según relata, a menudo se aprecia una pequeña zona destrozada situada en una esquna del cultivo, cuando el comportamiento del animal cuando entra a comer en un campo suele ser mucho más anárquico. "Creemos que denuncian para poder solicitar una batida", asegura.
Los ecologistas aseguran, además, que la caza del jabalí será perjudicial para otras especies, incluidas las protegidas porque no tendrán el sosiego necesario para reproducirse y porque los perros de caza pueden matar a sus crías. |