Revista de Prensa


El censo real podría superar el medio millón de ejemplares, aunque nadie lo sabe con certeza
Jorge Casanova · 23/5/2010

Resulta imposible cuantificarlo con exactitud, pero muchos expertos coinciden en señalar que la cantidad de perros sin identificar que hay en Galicia es enorme y que probablemente ronda la mitad de los ejemplares que campan por la comunidad. Cualquier perro debe contar obligatoriamente con un microchip bajo la piel en el que figure su número de registro, su identidad y también la de su propietario. Pese a que la ley que establece este precepto lleva ya más de diez años en vigor, tanto la Administración como los profesionales coinciden en que su cumplimiento está todavía lejos de haberse generalizado. Según el Colegio de Veterinarios, en Galicia podrían existir alrededor de medio millón de perros; el registro gallego tiene censados 180.000, a los que anualmente se incorporan unos 30.000. Uxío Rei, presidente del colectivo de veterinarios gallegos, aclara que en otros registros previos se encuentran más animales controlados y perfectamente legalizados aunque, en total, Rei estima que los perros microchipados en Galicia podrían rozar los 300.000.

Nuria Rodríguez Canabal, responsable del organismo sancionador en la Consellería de Medio Rural, admite que los censos oficiales no reflejan la situación real: «Non podo aventurar unha porcentaxe, pero é certo que hai unha parte moi importante dos cans de Galicia sen microchip e sen licencia».

Tanto veterinarios como responsables de sociedades caninas coinciden en que considerar que la mitad de los perros gallegos están fuera de la legalidad no resulta ninguna exageración. Eso no significa que todos estos animales no hayan sido vacunados o estén abandonados. Muchos de ellos viven en pisos o en fincas, aunque sus amos han preferido no registrar al animal.

Poca presión

Veterinarios y criadores coinciden en afirmar que buena parte de este fenómeno hay que buscarlo en la aplicación de la ley: «La hicieron, pero luego le cargaron el mochuelo a los concellos. Y en Galicia hay muchos ayuntamientos que todavía no tienen un lector para el microchip ni han puesto en marcha el registro de animales potencialmente peligrosos», expone Manuel Mera, de la Sociedad Canina Gallega. Es una opinión común dentro del sector, que lamenta que la aplicación de la ley haya quedado al albur de las Administraciones locales.

«Es una cuestión sencilla -reflexiona el veterinario coruñés Enrique Orro-. Solo hay que empezar a pedir la documentación y a multar a los propietarios que lleven a sus perros in correa ni bozal. En cuanto se pongan unas cuantas sanciones, se legalizan casi todos los que no lo están. El problema es que no hay interés». De hecho, todas las fuentes confirman que los perros que mejor controlados están son los de caza, por la presión que realiza el Seprona sobre sus propietarios.

Sin problemas sanitarios

Esta relativa falta de control sobre el censo canino gallego no inquieta en lo que se refiere a su vertiente sanitaria, toda vez que, en Galicia, ni siquiera es obligatorio ponerles a los perros la vacuna contra la rabia, ya que hace más de cuarenta años que no se conoce ningún caso en la comunidad. El hecho, sin embargo, denota, según todas las fuentes consultadas, una falta de responsabilidad que sí se encuentra detrás de muchos de los accidentes, a veces trágicos, relacionados con la tenencia de perros.