Al menos así lo demuestran los datos de la Consellería de Medio Ambiente, que revelan que en los últimos tres años se ha duplicado el número de ataques al ganado, principalmente a ovejas, para pasar de 162 en el 2004 a un total de 302 en el ejercicio que se acaba de cerrar.
Para conciliar el interés de mantenimiento de la especie con el de los ganaderos, que no siempre es fácil, Medio Ambiente acaba de sacar una nueva orden de ayudas para compensar las pérdidas que sufren los propietarios. La cuantía propuesta para este año, de 100.00 euros, es un 10% superior a la del ejercicio anterior y triplica la cantidad establecida en el 2003, cuando la Xunta empezó a asumir el pago de las indemnizaciones.
Sin embargo, la principal novedad de la orden de este año, que salió ayer publicada en el Diario Oficial de Galicia, es la extensión del número de beneficiarios. Por primera vez se incluye como receptor de las compensaciones el ganado extensivo, tanto las reses que pastan en el monte sin estar cercadas como los caballos. El único requisito para poder optar a la convocatoria es que los animales estén identificados y saneados por sus propietarios.
Los afectados podrán presentar sus reclamaciones en las oficinas de la Administración, pero las ayudas solo se harán efectivas, en un plazo máximo de tres meses, si se demuestra que las reses, ovejas, caballos o cabras, muertas lo han sido por ataques de lobo. Esta afirmación puede considerarse una obviedad, pero no lo es, porque la Administración ha advertido en los últimos años una cierta picaresca por parte de algunos propietarios que incluso presentan pruebas falsas para cobrar la compensación.
«La Administración no va a racanear los cuartos para los afectados, pero lo que tiene que quedar claro es que las compensaciones son para los daños producidos por ataques de lobos. No queremos que nadie que haya sufrido un ataque se quede sin ayuda, como tampoco queremos que la cobre nadie que no lo haya recibido», precisa Emilio Rosa, subdirector xeral de Caza y Pesca.
La picaresca, sin embargo, se ha reducido, como lo demuestra el hecho de que en el 2007 hayan recibido las ayudas el 81% de los propietarios que las habían reclamado. Un año antes, el 40% de las reclamaciones no se correspondían con ataques de lobos. |