Lo decía recientemente el presidente de la Federación Gallega de Caza, José María Goméz Cortón: «El buen tiempo ayuda a ver más piezas y, por lo tanto, a pensar que hay más piezas». Por eso en las jornadas de estreno lluvioso de temporadas pasadas, los cazadores se resignaban a ver poco y cazar menos. Pero la jornada de ayer no se explica solo con el clima soleado, sino con el trabajo silencioso de muchos tecores en los últimos años para crear un hábitat idóneo para la caza. Así, se ve más caza porque, además de ayudar la luz solar, también hay más caza que en los últimos años, especialmente conejo.
Así se constató en el norte de la provicia de A Coruña, o en la Costa da Morte, donde el presidente de la Venatoria Bergantiños, Lito Vázquez, aplaudía la multiplicación de los conejos «y de las perdices», especie cuya presencia ha sido muy irregular en toda Galicia.
Continuando con la provincia de A Coruña, también ha habido zonas de menos éxito, como en Oza dos Ríos o Coirós, donde los cazadores han echado de menos la ganadería de los montes comunales, que se encargaba indirectamente de limpiar los matorrales y mantener los caminos abiertos. Así, ayer esta zona estaba intransitable.
El optimismo parece el signo de la jornada en los montes de Lugo. Lo decía Paco López, el presidente de la Federación provincial: «Según los informes que tenemos, no es que haya sido extraordinario, pero sí mejor que los años pasados». Él mismo consigió llevarse para casa dos perdices, cazadas en los montes de Portomarín. Y eso que se vio perjudicado por una niebla que no levantó «hasta pasada la una de la tarde». Iba con perros de muestra, y se mostró satisfecho con el resultado: «Hay que disfrutar más cazando menos». Asegura que en los tecores en los que la gestión ha sido buena, han cuidado el monte, cultivado cereal, es donde se ven los resultados.
La mañana resultó también aceptable en el municipio vecino de O Páramo. Allí, Horacio López, junto a varios compañeros, salieron igualmente a la perdiz. «Conseguí una al mediodía, y avisté otras tres o cuatro, mejor que el año pasado, pero aún así, hay poca», señalaba.
«Cuatro y bastante sanos»
Más cerca de la ciudad de Lugo, aunque también hacia el sur, en las laderas del monte Picato, Vidal López y sus compañeros fueron de batida como otros cincuenta mil gallegos. Su objetivo, el conejo. Los indicios de los días anteriores transmitían buenas sensaciones entre los que optaban por los roedores, y los resultados lo corroboraron. «Cazamos cuatro, y hay bastante, y sanos», especificaba López. Con el resultado de este primer día tenían previsto organizar un pequeño festín. En esa zona, de forma extraordinaria, se consiguió cazar incluso un faisanes. |