Revista de Prensa


Los agricultores padecen impotentes y por tercer año los daños de una plaga que arruína sus cultivos
Mónica Torres · 18/8/2009

El gobierno local de A Guarda urgía hace justo un mes a Medio Ambiente que autorizara batidas o esperas para reducir las bandadas de jabalíes que amenazaban las huertas. La contestación de la Xunta aún no ha llegado, según confirmó ayer el regidor José Manuel Domínguez Freitas. Tampoco lo han hecho las ayudas a los agricultores que sufrieron los ataques a sus cultivos en los dos últimos veranos. Los que sí ha vuelto ya son los jabalíes.

Varias fincas han sido arrasadas por los animales en los últimos quince días. Varios agricultores han tenido que renunciar a trabajar su campo y la situación parece que aún se va a agravar más si se sigue sin tomar medidas.

El Concello confirmaba a mediados del mes pasado el notable incremento de los animales en los montes de Santa Trega, Torroso y en la zona de Xunqueira. Era cuestión de tiempo que bajaran, atraídos por el olor del maíz, como sucede cada mes de agosto desde el año 2007.

El «temor» se ha transformado en indignación y rabia ante las primeras pérdidas y la falta de actuación de los organismos responsables. El regidor, José Manuel Domínguez Freiras reiteraba ayer su malestar señalando que «son feitos que non se poden permitir e menos nun momento económico tan duro». El alcalde señaló que, precisamente, en la mayoría de los casos, los afectados son vecinos que trabajan los campos para uso doméstico y que ven destrozado de la noche a la mañana el trabajo de todo un año y unos ingresos imprescindibles para su supervivencia.

Indignación

Un malestar que se ha convertido en indignación para las víctimas. «É increíble que estean máis protexidos os animais que os agricultores», afirmó ayer Fernando Coello, uno de los afectados. «É unha auténtica vergonza», añadía. Este vecino de la parroquia de Salcidos perdió «un campo que era de envidia» hace unos días por la invasión de los jabalíes y no es además el primer año que sufre directamente la acción de estos animales.

Él mismo reconoció que se está pensando abandonar el cultivo, como ya han tenido que hacer otros vecinos, «porque os gastos polos estragos son moi superiores». Se resiste porque «é increíble que por culpa dos xabaríns teñamos que chegar a isto». Su presencia no se limita solo a los cultivos. Una vecina de la localidad se topó de frente el viernes pasado, tras salir del tanatorio, con una hembra y sus cinco crías. «Fue un susto tremendo», explicó a familiares.