Revista de Prensa


El envenenamiento de los 16 perros en la localidad pontevedresa se produjo supuestamente por estricnina.
EFE · 24/10/2007

Los cazadores gallegos califican la muerte por envenenamiento de 16 perros de caza en Marín (Pontevedra) y de cuatro en Mazaricos (A Coruña) como un acto de terrorismo cinegético.

Así lo manifestaron a Efe fuentes de la Federación Gallega de Caza, que consideraron estos hechos como un «atentado cinegético», y de la Federación de Caza de Pontevedra, para quienes se trata de «terrorismo cinegético».

Ambos colectivos anunciaron que «se luchará contra este tipo de delito ecológico» pese a que «no va a ser fácil», pero «la idea es volcarse para intentar descubrir a los culpables», subrayaron.

Para dar con ellos, el presidente de la Federación de Caza de Pontevedra, Javier Nogueira, informó de que se mandaron dos de los ejemplares envenenados en Marín a un centro de la delegación provincial de Medio Ambiente en Pontevedra, y agregó que se enviarán otros a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago, con sede en Lugo.

Nogueira detalló que el envenenamiento de los 16 perros en la localidad pontevedresa se produjo supuestamente por estricnina, un veneno que se camuflaba en trozos de carne o chorizo y que, como apuntaron desde la Federación Gallega de Caza, «los perros ven como algo que tienen en casa», por lo que no dudan en llevarlo a la boca.

La estricnina es un veneno mortal en dosis superiores a los 25 miligramos, que provoca fallos en el sistema nervioso central y problemas respiratorios, causando la muerte en menos de 30 minutos.

Según Nogueira, este suceso «es un atentado contra el colectivo de cazadores, contra los perros e incluso contra la población», pues el autor «no midió el riesgo de su acción» al producirse en el entorno del lago Castiñeiras, una zona en la que hay «numerosas actividades de esparcimiento», precisó.

El presidente de la Federación pontevedresa alegó que los cazadores gallegos no entienden este tipo de actuaciones y creen que «intimidan a la gente a la hora de soltar los perros por el monte».

Como afirmó Nogueira, «cualquier cazador quiere mucho a sus perros», ya que «no sería nada sin ellos». Además, apuntó que a uno de los cazadores le mataron cuatro o cinco perros y dijo: «El que pierde sólo uno sufre de la misma forma».