El jabalí se ha convertido en una especie tan invasora que ya no solo se le atribuyen destrozos múltiples en los cultivos, sino que es causante de más de medio millar de accidentes de tráfico al año, solo en la provincia de Ourense, y últimamente hasta se le ve rondando sin temor alguno por las calles de las capitales gallegas, como ocurrió en los últimos días en los alrededores de los campus universitarios ourensano y compostelano. Sin embargo, hasta hace cuarenta años esta especie no existía en Galicia, salvo en las zonas altas de Os Ancares, y por ello se practicaba la caza menor y apenas la mayor.
Para controlar la densidad de jabalíes, la Xunta de Galicia autoriza numerosas batidas y monterías cada año, más de 24.000 en el 2015. La ley gallega permite cazar jabalíes mediante las modalidades de gancho, batida o espera nocturna, explica el cazador ourensano Manuel Garrido. Este, junto con otros aficionados de la provincia, están solicitando a la Xunta que se permita en Galicia la caza del jabalí al salto o en mano, similar a la caza menor. Esta modalidad, permitida en otras comunidades autónomas, prevé que participen en la cacería de esta alimaña como máximo seis cazadores con seis perros.
Garrido, junto con José Luis López y Juan Calviño, explican que el motivo principal de permitir esta modalidad es ganar en seguridad. En la caza al salto, el grupo de cazadores avanza en línea con los perros sin colocarse antes en puestos fijos en las previsibles vías de huida del animal. En las batidas, explican, a veces se dan situaciones de peligro, sobre todo en ciertas zonas llanas, como la comarca de A Limia. «É perigoso, imos 25 homes colocados nun ancho, arredor dunha parcela, que en zonas como A Limia, está rodeada de moitas outras fincas, abandonadas ou cultivadas. Cun rifle podes matar a calquera a un quilómetro», explica José Luis López, cazador de Baños de Molgas.
En la modalidad que sugieren que se implante en Galicia -para lo que habría que cambiar la ley actual- los disparos se realizan a corta distancia, a menos de diez metros normalmente, lo que permite ver bien al resto de participantes, perros y a la pieza pretendida, explican en su solicitud. «A idea é facer o mesmo que fan os cazadores de coello. Chegar un grupo pequeno e poder cazar sen tantos requisitos. Que se permita como unha modalidade de caza más deportiva e non tan estática», explica Juan Calviño. En todo caso, en cuanto a las armas, estos cazadores proponen a la Xunta que se utilicen escopetas y munición de bala y no rifles, aunque otras comunidades autónomas sí los permiten.
Además creen que es más práctico, pues se puede reunir un grupo más reducido de dos o tres cazadores frente a las cuadrillas de un mínimo de diez componentes que se exigen para las batidas. «Co envellecemento da poboación e o cansazo da xente por problemas nas batidas é difícil alcanzar o número nalgúns sitios. Eu levo trinta anos cazando e xa non vou ás batidas, porque están mal organizadas ou se viven situacións de perigo», sostiene Manuel Garrido.
Este cazador se reunió con la directora xeral de Patrimonio Natural el 6 de febrero y el día 15 presentaron su propuesta al Comité Ourensano de Caza, del que esperan que la traslade al gallego. De momento no ha habido pronunciamientos oficiales. Los promotores son conscientes de que habrás trabas a cambiar una ley que quedó, dicen, «estancada».
Más densidad de animales y creciente cifra de accidentes de tráfico en Ourense
El abandono del medio rural propició un incremento de la población de jabalíes en toda Galicia. Según algunos cálculos, el número de animales de esta especie se triplicó entre los años 2005 y 2014. Son alimañas que producen daños cuantiosos en los cultivos. Manuel Garrido, que es veterinario y trabaja en las zonas de Maceda y Castro Caldelas, conoce bien la problemática. Muchos agricultores plantan para su autoconsumo y no presentan partes de daños, pero luego buscan soluciones más dañinas que la caza, como el envenenamiento por huevos con herbicidas que comen estos animales, que luego se ven muy delgados o aparecen muertos, o con la utilización de prácticas prohibidas como los lazos.
Además de los daños en la agricultura, el jabalí se ha convertido también en un problema de seguridad vial. En la provincia de Ourense la mayoría de los siniestros viales son por atropellos de animales y de ellos, la mayoría son jabalíes. El año pasado, fueron 555 los accidentes por esta causa, pro 514 en el 2015 o 390 en el 2014, unos números ascendientes que los cazadores ourensanos presentaron a la directora xeral.
Los promotores de esta modalidad de control cinegético -que se permite en Castilla y León, Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia o Aragón- crearon una petición para que se autorice la caza en mano del jabalí en la plataforma www.change.org. De momento la han compartido 127 firmantes pero creen que tendrá buena acogida entre los cazadores que se han tenido que pasar a la caza mayor por falta de especies cinegéticas en la caza menor. |