Revista de Prensa


Los agricultores no confían en las ayudas de la Administración, que apenas cubren una mínima parte de los daños producidos

Emilio Forján · 5/9/2016

Una vecina de la parroquia de Liñaio lleva la friolera de seis años aguardando a que la Xunta le abone los 850 euros de compensación por los daños causados por los jabalíes en sus plantaciones de maíz. En la aldea de Romarís, otro lugareño se ha pasado cincuenta y dos noches de guardia en los últimos meses para «espantar» a los porcos bravos. Y la panadera avisa a primeras horas del día al dueño de un maizal en Barbazán que cinco jabalíes están «pastando» en su leira. Son solo algunos ejemplos de lo que acontece casi a diario en muchos lugares de la zona rural de Negreira debido a la mayor presencia de jabalíes que se recuerda en la zona en décadas.

«Antes atacaban as leiras que estaban lonxe das casas, pero agora veñen practicamente á porta e, aínda que intentes meterlle medo, case non se alteran». Lo afirma Manolo Pérez, un lugareño que en los últimos años, al igual que la mayoría de quienes aún no se han rendido, fue «abandonando leiras e deixeinas sen botarlle millo, porque as perdas eran inasumibles. O peor é que, cando pensas que ao lado das casas non che van facer dano, van e estragan o millo polo medio das leiras ata deixalo todo estragado».

Sin ofrecerle solución

Los afectados están «fartos» de que la administración competente, o sea la Xunta, no les ofrezca ninguna solución: «Sénteste impotente, porque nin sequera fan máis batidas para polo menos meterlle medo». Y llegados a esta época en la que la espiga del cereal comienza a desarrollarse del todo, apuntan que es cuando más se intensifican los ataques: «É cando máis lles gusta, e como queira que hai tanta maleza nos montes, para eles é doado agocharse para agardar á noite e estragar as leiras».

El problema es general en las zonas rurales con cientos de kilos de maíz en los que los agricultores invierten sumas de dinero que jamás recuperarán. La situación llega hasta el punto de que los propios técnicos de Medio Rural advierten a los afectados que, salvo que tengan explotaciones de cierto volumen y subvenciones oficiales, la ayuda que les dan por los daños registrados de poco les va a valer.