La comarca coruñesa está a punto de ver nacer un área de caza de grandes dimensiones. Durante las últimas semana se han multiplicado las entrevistas y encuentros entre los representantes de cinco tecores para sellar una unión administrativa. Se trata de Pedrapartida (Coirós), Paderne, Irixoa, Miño y Vilarmaior-Fradiz. En total suman casi 20.000 hectáreas y más de cuatrocientos cazadores, cifras de peso a la hora de negociar y realizar solicitudes con entidades o administraciones.
No obstante, finalmente se ha optado por una agrupación de tecores por la negativa de Irixoa y Coirós a la fusión, postura que defendía especialmente el portavoz del tecor de Paderne, Manuel Albela. «Sería mi ilusión, pero no parece posible, no obstante aún confío en que todos los cazadores puedan opinar sobre ello, no solo los representantes de los tecores», explica.
Desde Irixoa, su portavoz, Juan Manuel Freire, es contundente contra la unión absoluta de los tecores. «Simplemente non queremos perder a propiedade dos terreos e os nosos dereitos cinexéticos», explica. Pero desde este rincón de la comarca sí dan el plácet a la agrupación de tecores, recogida en la nueva Lei de Caza de Galicia.
Uno de los incentivos para motivar ahora este proceso es la posibilidad de gestionar la granja cinegética Aldea Bella, en la parroquia de Carantoña, en el municipio de Miño. La asociación Baxoi ha perdido los derechos cinegéticos sobre sus terrenos y sus 28 socios se muestran dispuestos a cederlos a sus tecores vecinos una vez asociados.
«Estamos pasando un gran bache con el conejo y la explotación de esa granja nos vendría muy bien a todos», explica Manuel Albela. Aquí sí coinciden todos los presidentes de los tecores. «A xestión da granxa de Miño só sería viable de forma conxunta, unirse para este tipo de cousas está ben», explica el responsable de Irixoa.
El proyecto de unión cinegética no es nuevo en esta comarca. En la década de los noventa, cuando los cotos de caza se transformaron en tecores (Terrenos Cinegéticamente Ordenados) ya se intentó crear una gran área que abarcara toda la superficie entre los ríos Lambre y Mandeo, incluyendo además a Coirós. En este proyecto se habían implicado también Monfero y Pontedeume. «Iba bien encaminado, pero bastó que una persona no quisiera para que aquel plan no se pudiese realizar», recuerda Albela.
Ahora, antes incluso de nacer la asociación de cinco tecores, ya está incluso abierta la posibilidad de crecimiento. «Estas casi 20.000 hectáreas lindan con dos zonas libres que podrían acotarse fácilmente, Baxoi y Betanzos, e incluirse en el proyecto», explica José Manuel Matos, biólogo que gestiona la parcela administrativa de esta unión. |