La temporada de caza menor arrancó en la zona con una jornada animada y con la presencia de numerosos cazadores en el monte. Aunque muchos se quejan de la falta , sobre todo de conejos, en la zona, en el primer día no faltaron las piezas.
Como señalan los aficionados, al ser el primer día, los conejos son más fáciles de encontrar y en la mayoría de los cotos las pandillas pudieron disfrutar de la jornada y llevarse algo a casa.
En el tecor Río Ulla cifraron en un centenar los aficionados que se dieron cita en la zona el domingo. Las altas temperaturas dificultaron las labores de rastreo por parte de los perros, sobre todo a partir de media mañana. En A Estrada se detectó la presencia de abundantes torcaces, aunque en cuanto a conejos, el número de animales se prevé que sea similar a los de la pasada campaña. Una situación que se repite en la mayoría de los cotos de la zona, donde los conejos van recuperando población, pero todavía son escasos.
También en el tecor de Silleda se cumplieron las previsiones. El presidente de la sociedad, Jesús Pérez Caramés, señala que «o que máis e o que menos levou algo para a casa».
En cuanto al número de conejos abatidos. Las opiniones van por barrios. Algunos cazadores de la zona se quejaron que se ven menos ejemplares que hace años, aunque para otros el día no estuvo nada mal. Eso, que todos subrayan el hándicap de las altas temperaturas, que se fueron sufriendo a partir de las horas centrales del día.
Tras una mañana tirando a fresca, los termómetros empezaron a subir hasta llegar a alcanzar, asegura alguno, «os 27 graos que chegou a marcar o coche».Eso fue dificultando la caza porque a los perros les era muy difícil seguir el rastro y, como apuntaba Pérez Caramés, «xa andaban ca lengua fora todo o tempo pedindo que lle deras de beber».
En Lalín, tras un aviso, efectivos de Emerxencias recogieron el domingo a dos mastines en la carretera de Vila de Cruces. No llevaban chip y fueron entregados a la asociación protectora de Animais Peludos. |