Revista de Prensa


Las enfermedades han diezmado la población de conejo en la mayor parte de las comarcas de la provincia - Los cazadores, preocupados por el futuro de los tecores
· 21/10/2013

La temporada de caza menor comenzó ayer en toda Galicia con un balance en la provincia de Pontevedra que varias voces autorizadas califican de discreto o directamente negativo. Las enfermedades han mermado el número de la presa estrella, el conejo, afectado por la mixomatosis y la hemorragia vírica.

El presidente de la sociedad de caza de Armenteira, Juan José Millán, certifica que el comienzo de esta temporada ha sido "más flojo" que otros años. Un compañero suyo de sociedad, Manuel Carro, echa la culpa a la enfermedad vírica. "Ha habido mucha mortandad de julio y agosto hasta ahora", declara. Manuel Martínez, presidente del tecor de Portas, hacía un balance agridulce: "En la primera jornada es normal que haya una mayor densidad de conejos, pero me temo que en tres o cuatro días se acaben". Yago Abal, del tecor de Barro, coincide en los efectos de la enfermedad. "El calor del pasado verano favoreció la peste". Además, en los puntos afectados por el fuego ha sido necesario instalar carteles para recordar que en ellos está prohibida la caza.

También un gran número de cazadores de Deza y Tabeirós-Terra de Montes regresaron a casa con las manos vacías.Los tecores están "plagados de conejos muertos", apuntaba uno. "Se confirma que la temporada va a ser mala", sostiene Jesús Pérez Caramés, el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Silleda. "Casi se debería de dejar de ir con la escopeta", opina Miguel Rodríguez, tirador en Lalín, respecto a la escasa fauna. Este aficionado apuesta por la unión de los tecores "para poder sobrevivir" económicamente.

La escasez de piezas hace que algunos colectivos se planteen la posibilidad de adelantar el cierre de la temporada. El de Forcarei, por ejemplo, lo hará para la caza de la liebre, que quedará prohibida a partir del 17 de noviembre, catorce días antes de lo estipulado.

Existen algunas zonas que se han salvado de la epidemia. En los municipios de O Morrazo, la medida de repoblar con conejos vacunados parece que sí ha dado un buen resultado. "Podemos decir que el primer fin de semana ha resultado bastante bien", explica el cazador Santiago Piñeiro.

Alguno de los consultados deja entrever que detrás de la escasez de presas está la proliferación de sueltas realizadas con especies foráneas que perjudican el desarrollo de las piezas autóctonas. En A Estrada, por ejemplo, no ha sobrevivido la veintena de faisanes soltados últimamente.

"Como la Administración no vele un poco por nosotros, vamos muy mal", sostiene el presidente de la Sociedade Deportiva Río Ulla, Miguel de la Calle. "Es justo que se recaude, pero lo que se consiga debe revertir en la caza", comenta, visiblemente preocupado por el futuro económico y cinegético de los tecores. Confía en que la nueva Lei de Caza de Galicia cambie la situación y permita a las asociaciones no tener que soportar tantas cargas económicas -como las derivadas de los seguros por accidentes con jabalí- y así poder invertir el dinero de sus socios en políticas de repoblación y cuidado del monte.

Ante la ausencia de conejos en la mayoría de los tecores, otras especies adquirieron protagonismo. La perdiz junto con la torcaz semejan ser la salvación de la temporada. "Hay algunas perdices y dan algo de juego", apunta un vecino de Vilatuxe.

La poca fauna de caza menor existente contrasta con la abundante presencia de jabalíes, corzos y zorros, en líneas generales, en todos los montes. Un ejemplo es el del tecor forcaricense. Cuenta su presidente, José González, que han dado muerte ya a más de treinta cerdos salvajes, a casi cuarenta zorros y que la población de corzos es también significativa. Precisamente, la caza de jabalí está suponiendo para una gran parte de los tecores -sobre todo los más pequeños- una inyección económica al vender su cupo a otros cazadores.