La temporada de caza comienza en Barbanza con algo más de 750 aficionados federados -el número total ronda los dos mil-, con media docena de zonas vedadas y con una constante que se repite en los nueve Tecor (terreno cinegéticamente ordenado) existentes en la comarca: la preocupante escasez de conejo.
Tal y como se apunta desde las distintas asociaciones de cazadores, la situación de este año es una de las más delicadas de la última década por cuanto el buen tiempo del verano provocó que la mixomatosis se extendiese rápidamente diezmando aún más la ya mermada población de estos animales en los montes de la comarca. Esta enfermedad, inoculada a estos mamíferos en Francia a principios de la década de los 50, cuando su abundancia los había convertido en un plaga, se caracteriza por la aparición de tumores en la cabeza y las extremidades llegando a causarles la muerte a los pocos días.
«Na primavera víase moita cría, o que nos facía pensar nunha boa tempada. Despois vese que co paso do verán fóronse contaxiando da enfermidade e morrendo moitas delas», apunta el cazador mazaricano Ramón Paz Castro, que dice tener esperanza en que la situación no sea tan negativa como parece: «Xa veremos o que pasa. O noso monte é moi bo e moitos animais lograron criar. Nos adestramentos cos cans víanse algúns que parecían estar sans. Espero que a cousa non estea tan mal como pinta en principio».
Con 19.000 hectáreas de superficie, el Tecor mazaricano es el de mayor superficie de toda la comarca y uno de los más grandes de Galicia. La repoblación de conejos la realizan con recría propia llevada a cabo en una finca de la entidad, mientras que la perdiz la compran en León. «Este ano criamos faisáns e perdices e parece que máis do 90% logrou saír adiante grazas, sobre todo, ao bo tempo do verán. Así que, polo menos, se non hai coello teremos algunha perdiz máis que outros anos», se consuela su presidente, Francisco Martínez.
Peor todavía parece presentarse el inicio de la temporada en Noia, Lousame y Outes, donde los aficionados que estos días han salido al monte con sus perros reconocen haber visto varios animales muertos, previsiblemente infectados por la neumonía hemorrágico-vírica, la otra principal enfermedad que afecta a esta especie. «Ata que empecemos non se sabe como está a cousa, aínda que o que vas vendo durante os adestramentos non fai albergar moitas esperanzas», apunta José Manuel González, adscrito a la entidad de cazadores Noia-Lousame.
Incendios
El terreno quemado es el principal problema al que se enfrentan los aficionados ribeirenses. Dicen que en A Curota, que se salvó de los incendios, el conejo no se crio adecuadamente y hay poca cantidad. Una zona en la que, según comentó un socio de la entidad, sí hay bastantes ejemplares es la situada en el entorno del faro de Corrubedo. El problema es que «é un espazo pequeno para tantos cazadores como somos». |