El anteproyecto de la nueva ley de caza gallega, que está a las puertas de debatirse en el Parlamento, llegará con el rechazo de todo el colectivo cazador si antes no hay un acuerdo. El sector está muy molesto porque hasta el 90% de las alegaciones que presentaron fueron desestimadas "con justificaciones que en muchos casos se contradicen", aseguran. Si no hay acuerdo amenazan con movilizaciones
La Federación Galega de Caza y la Xunta negocian un acuerdo in extremis para sacar adelante, con el beneplácito de ambas partes, la nueva ley de caza. Los cazadores rechazan la norma desarrollada por la Consellería de Medio Ambiente que, según este colectivo, hace insostenible la continuidad de esta práctica en la comunidad.
Las distintas asociaciones que engloban a los cazadores gallegos -solo la Federación Galega de Caza suma más de 22.000 licencias- han pedido la paralización inmediata del texto que, recuerdan, no cuenta con el beneplácito de ninguno de los colectivos vinculados a la cinegética.
Después del primer desencuentro, responsables de la Federación Galega de Caza y de la Xunta han mantenido una reunión en la que han limado asperezas. "En la reunión se han acercado posturas", reconoce Javier Nogueira, presidente de la Federación gallega, quien espera que a mediados de julio se vuelvan a reunir. "Empezó con cierta tensión, pero fue satisfactoria", explica. Nogueira asegura que se emprenderán movilizaciones si la Xunta no retira definitivamente el borrador e inicia un nuevo proceso de redacción.
Más del 90% de las alegaciones presentadas al texto del anteproyecto de la nueva ley por asociaciones de caza, sociedades de cazadores, grupos ecologistas e incluso otras consellerías de la Xunta fueron rechazadas con justificaciones que en muchos casos se contradicen, según reconocen fuentes del colectivo.
Dos son los puntos del anteproyecto que suscitan la oposición frontal de los cazadores: la responsabilidad patrimonial por daños ocasionados por especies pertenecientes a tecores que irrumpan en la circulación y las zonas de seguridad.
"Somos responsables todo el año de los accidentes de tráfico que provocan los animales cuando nosotros solo podemos cazarlos durante un determinada fecha", explica Manuel Saa, presidente provincial de la Federación Galega en A Coruña. "Y nos lo comunican dos años después en el juzgado. ¿Cómo te defiendes de eso? Es imposible", se queja.
El otro aspecto controvertido de la norma son las zonas de seguridad, donde se restringe la caza y circulación con armas, que, añade este representante de los cazadores, como están recogidas en el capítulo IV artículo 8 del anteproyecto, hace prácticamente imposible cazar. "Las zonas de seguridad tienen que ser claras para que las entiendan todo el mundo y no ocurre así", se lamenta.
La Unión de Tecores de Galicia (Unitega) ha iniciado una campaña de recogida de firmas a través de internet para pedir a la Xunta la retirada del polémico anteproyecto.
"No es prudente que el texto en cuestión se remita al Parlamento, puesto que no cuenta con un consenso mínimo para poder convertirse en una nueva ley de caza que solucione los problemas que afectan a la caza en la actualidad", sostienen. |