Uno de los miembros de este equipo, Marcos Vigide, explica que el domingo se convirtió en una cita más que excelente para los amantes de la caza de zorro, "porque había mucho mejor rastro que el domingo pasado", en el que las abundantes lluvias no ayudaron a los perros. Pero, por contra, esta vez el rocío nocturno sí permitió a los animales dar con las piezas. En los montes de Graba se mataron cuatro animales por la mañana, mientras que los tres restantes caerían, ya por la tarde, en la parroquia de Siador. Vigide explica que, a lo largo de toda la temporada, esta cuadrilla suele abatir entre 40 y 50 zorros. Con estas primeras salidas al monte, detectan que este año la abundancia de dicho animal "es similar al de ejercicios anteriores", apunta.
Aunque sus daños son inferiores a los que provocan otras especies como el jabalí o el tejón, los cazadores trasdezanos también reciben con frecuencia las quejas de sus vecinos porque el raposo no solo entra en sus gallineros, sino que incluso provoca daños en determinados cultivos de huerta y vid. Prueba de ello, comenta Vigide "es que los animales que cazamos están gordos y presentan un buen aspecto". La alta densidad de estos animales se da también en otras comarcas como Salnés-Ribadumia, donde solo en septiembre se mataron 42 ejemplares. La razón de tal volumen de animales se debe a la abundancia de comida durante el verano, que evitó la proliferación de enfermedades entre los miembros de esta especie. |