A primera hora de la tarde de ayer llevaba ya caminados veinte kilómetros por el monte en busca de Tosca y de Chispa, que así se llaman los animales.
El domingo, a las nueve de la mañana, las echó en falta en la zona del monte Carrio. Pensó que se podían haber despistado porque son unos animales jóvenes e inició la búsqueda de inmediato. Unos cazadores le dijeron que las habían visto con otro cazador de Vila de Cruces.
Después de unas horas de búsqueda infructuosa puso una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil para intentar encontrarlas. No es la primera vez que le ocurre algo así. Cuenta que hace tiempo le faltó también una perra y que apareció nueve meses más tarde en Vigo gracias a la veterinaria de una perrera que dio la voz de alarma una vez identificó el microchip. Y es que en esa ocasión al parecer alguien robó el perro e intentó volverse a quedar con él después de dejarlo unos días en la perrera.
A punto de comenzar la temporada, los cazadores denuncian que son frecuentes los robos de perros y lamentan la impunidad con la que actúan estos amigos de lo ajeno en busca de beneficios. A esto se añaden los perros que se pierden en el monte. Tosca y Chispa llevan microchip desde los tres meses y fueron criadas con mimo por esta familia lalinense. Tosca es una podenca del país nacida en febrero del 2011 y Chispa es una podenca andaluza que nació en septiembre del año pasado. Miguel Moure se emociona al hablar de ellas y las describe como animales dóciles y cariñosos «os que non lles falta máis que falar». Su mayor preocupación es que «caigan en malas máns» y para él lo de menos es su posible valor y apunta que «eu regalolle cans a moita xente». para él lo más importante es el valor sentimental porque los perros son dos más de la familia y además, una de ellas, además, fue un regalo de su mujer.
La Guardia Civil investiga el posible robo de los animales y Miguel Moure solo tiene un deseo: poder recuperarlas cuanto antes sanas y salvas. |